martes, 1 de junio de 2010

SOBRE EL EXCESO DE VELOCIDAD Y LA POCA PROFUNDIDAD EN NUESTROS TIEMPOS

REVISTA VÓRTICE, Nº21, PAG 13
Marzo –abril 2010
Lima -Perú

SOBRE EL EXCESO DE VELOCIDAD Y LA POCA PROFUNDIDAD EN NUESTROS TIEMPOS

(…….…..................), como se enfoca el problema de la vida del hombre actual en relación con sus tiempos y con la profundidad de estos, histórica y personalmente, particularmente esto último. Se aprecia que se potencia los pequeños momentos (en lo cotidiano como en lo histórico), la derecha desea hacer de las ciencias sociales un collage fragmentado, y de la vida del hombre de a pie, una sumatoria inconexa de pequeños momentos que dan la sensación de velocidad, de vivir y conocer mucho, pero que en el fondo no es más que una intoxicación sensorial y perceptiva.

Se aprecia que esta gran dificultad no es sólo propiedad que detenta la derecha, sino también que está ampliamente difundida entre la izquierda, en calidad de movimientismo, e incluso desde nuestras filas aún se rehúye a un análisis profundo de éste, mientras que desde la derecha, las voces más pensantes, están entendiéndolo ya como un serio problema. ¿Qué tendríamos que hacer? Mover más la cabeza que los pies, darle mayor importancia a la necesidad de fundamentar con base sólida, que a lanzarnos al terreno por lanzarnos.  (…….......................)

(…….............................…). La derecha niega la “legitimidad del conocimiento”, todo lo reduce al discurso, a la lógica del discurso, al que este sea “congruente”; en historia, levanta el particularismo histórico (la “migaja” histórica); en sociología, la micro-sociología; en antropología, el particularismo histórico y la etnografía minuciosa, etc. Es decir los relatos pequeños y fragmentados. ¿Cuál es el blanco en este proceso? El materialismo histórico y sus leyes. ¿Pero qué pasa desde la izquierda? Muchos se han quedado en el dogma, se cree que defender el marxismo es decir “el marxismo es bueno porque es bueno”, el temor a nadar en las aguas tormentosas de las nuevas problemáticas es la camisa de fuerza que se ha puesto el dogmatismo. Asi pues, en ciencias sociales, como en todos los campos de la vida, por “decreto” no vamos a derrotar al idealismo.

A nivel de lo PRÁCTICO se pondera el pragmatismo y el utilitarismo, todo tiene que dar resultados inmediatos y deber ser palpable y rápidamente medible y sobre todo moneratisable (…............................…) La lógica del microsegundo no permite al hombre sentarse a reflexionar, ni siquiera lo que hizo minutos atrás, todo debe ser descartable y fácilmente reemplazable; no solo los electrodomésticos, sino también los amores, incluidos los hijos y, ¿por qué no? también los padres, y hasta las opciones sexuales. Para esta filosofía(idealista) solo importa lo presente, “porque la vida es ahora” cayendo en un estilo de vida que genera un fuerte vacío, como bien se ha dicho vivimos a una velocidad tal que no hay ya tiempo para los encuentros reales, le pasamos sólo la puntita de los dedos a la vida. Como bien dijera Charly García “¿Para qué querés esas motos que van a mil si sólo el viento vas a sentir?”

Frente a la influencia del estilo de vida “postmoderno” en los jóvenes, Carvallo ha dicho: “Una influencia perniciosa de las computadoras es la telepresencia. Los jóvenes han adquirido un nuevo vicio: la relación constante e ininterrumpida con los otros. EL programa Messenger hace que intercambien sin parar, incluso mientras juegan, frases insulsas y breves, coqueteos y chismes, que les permiten no enfrentar la soledad y no bajar jamás al fondo oculto de sí mismos. A la lentitud del dialogo interior se ha impuesto la velocidad la presencia virtual de todos y de nadie en un concierto de solitarios acompañados por la bulla, las imágenes y la escritura ajena que los aparta de sí mismos. Pienso que los jóvenes no saben ya aburrirse y que la velocidad es una exigencia que se traslada luego al mundo real, que deviene en decepción y molestia. Es difícil atender y escuchar el discurso del maestro porque es lento y no cambia como debiera de un lado al otro. Es imposible tolerar la literatura con su inmovilidad y su demanda de atención sobre lo mismo. Y hasta el cine resulta medido por la relación espacio-tiempo que manda la única magnitud aceptada: la velocidad. La buena literatura… el cine profundo y sabio, desaparecen como fuente de entretenimiento. Y hasta la reunión para conversar, la tertulia es menos entretenida si se hace fuera de la pantalla y el mouse. La timidez encuentra su salida propicia en el diálogo enmascarado que la computadora provee”. (Revista IDÉELE, Nº153)

En conclusión se aprecia que en ambos niveles, teórico y práctico, se potencia lo fragmentado, lo particular, lo específico desligándolo de lo general, del conjunto, y muchas veces desenvuelven lo específico con gran detalle e incluso con aparente maestría, pero ojo, no bucean en lo especifico para hallar el material que nos enriquezca para entender mejor lo general en base a leyes, no, utilizan sus conocimientos sólo para “corroborar” las diferencias, diferencias que tienen como meta negar la ciencia, negar la posibilidad de un cambio real de la sociedad cuyo programa se asiente en estas mismas leyes que desean barrer.

¿acaso nosotros nos oponemos a las particularidades? No, por ejemplo nadie puede negar las diferencias entre las manzanas, sus diferentes colores, sabores y sus diversos tipos, incluso las diferencias que existen en un mismo tipo de manzanas, y nada de ello nos imposibilita desarrollar nuestro concepto de manzana, generalizar en torno a ésta y ver sus leyes; en las ciencias sociales (ojo que contrariamente al “conocimiento  general” las ciencias sociales son mucho más complejas que las naturales), ¿Qué se aprecia en la cultura nacional, científica y democrática vs. La cultura semifeudal y la cultura semicolonial; esto no niega, por ejemplo, la existencia de las particularidades y diferencias entre el folklore huancaíno y ayacuchano, o las particularidades de la cumbia amazónica, eso es lo que lamentablemente se ha negado tácitamente desde el dogmatismo.


en suma, la meta de la derecha es atacar la ciencia, quitarle su columna vertebral: la ley, desea oponer lo específico a lo general, tras de esa aparente profundidad en el análisis de lo minucioso, se observa una profunda carencia en desenvolver la síntesis. En lo cotidiano se observa una oda a la velocidad y al hedonismo, a la saturación del goce hasta llegar a la intoxicación. Idealismo y hedonismo en máxima expresión, potenciando lo particular por encima de lo general, para desarmar al hombre frente a las luchas que se le avecinan.
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Andrés García.